En un mundo cada vez más polarizado, resulta común encontrar a parejas o amigos que, pese a sus diferencias políticas o ideológicas, conviven y comparten sus vidas. Esto ocurre en España, donde la vida cotidiana nos enfrenta con frecuencia a debates sobre temas tan variados como la economía, la inmigración, o la educación. No es inusual, por ejemplo, que una pareja, uno quizás más orientado a la izquierda y otro más hacia el centro o la derecha, termine en acaloradas discusiones sobre temas que afectan tanto a su vida personal como a la sociedad.
La relación antes que la ideología
Imaginemos una pareja en la que uno trabaja en una ONG que apoya a inmigrantes y el otro, en un despacho de abogados con clientes del sector empresarial. Estas diferencias no son solo profesionales, sino que afectan sus ideas sobre temas tan candentes como la reforma laboral o la política de inmigración. La tentación de evitar temas polémicos es fuerte, sobre todo cuando las discusiones se vuelven intensas, pero evitar la confrontación, como explican John y Lori Chesser en su experiencia, también conlleva el riesgo de distanciarse emocionalmente.
Para muchas familias en España, como quizás para una pareja sevillana que vota distinto pero comparte la crianza de hijos pequeños, resulta fundamental no caer en el error de evitar los temas de fondo. Si bien puede ser incómodo, afrontar las conversaciones sobre temas difíciles ayuda a construir un vínculo más fuerte y maduro. Con el tiempo, estos diálogos incómodos permiten no solo comprender mejor la postura del otro, sino también cuestionarse a uno mismo, limpiando prejuicios y buscando puntos de entendimiento.
Invitar y ofrecer otras perspectivas
John y Lori aprendieron que invitar otras perspectivas enriquece el diálogo y evita los malentendidos. Este principio se puede aplicar tanto en el ámbito familiar como en el profesional. En España, es común ver este tipo de situación en juntas directivas de organizaciones o en los consejos de administración de empresas familiares. Una práctica extendida es invitar a los miembros a expresar sus opiniones en un clima de respeto, incluso cuando el grupo tiende hacia una postura común.
Tomemos el ejemplo de una asociación de vecinos en Barcelona, que, ante la instalación de nuevas infraestructuras, podría dividirse entre quienes ven en ellas una oportunidad y quienes las consideran una amenaza a su tranquilidad. En lugar de suponer que todos están de acuerdo, es clave invitar a aquellos con dudas o ideas opuestas a expresar sus preocupaciones, con el objetivo de tomar decisiones informadas y evitar roces que puedan explotar en el futuro.
La importancia de escuchar de verdad
Escuchar es uno de los actos más difíciles en una conversación política, especialmente cuando las posiciones son firmes. Para que la escucha sea efectiva, debe ir acompañada de una intención genuina de comprender, no de formular una respuesta rápida. La experiencia de John y Lori muestra que este enfoque puede ser transformador. En las reuniones familiares o en las cenas con amigos en las que se discute de política, los argumentos más fuertes son a menudo los menos escuchados, pues el debate se convierte en una serie de monólogos en vez de un diálogo real.
Un buen ejemplo podría ser el caso de una comunidad de vecinos en Madrid que debate cómo hacer frente a problemas de convivencia. Quizás haya residentes que sienten que las reuniones son tensas y evitan compartir su punto de vista. Sin embargo, cuando alguien, con paciencia y empatía, decide escuchar a cada vecino, se produce un cambio en la dinámica: los desacuerdos, en vez de ser una barrera, pasan a ser una oportunidad para construir confianza y buscar soluciones prácticas.
Construir una cultura de diálogo
Las experiencias personales en el ámbito de la política pueden parecer ajenas a nuestra vida cotidiana, pero las lecciones de convivencia política tienen una aplicación práctica en cada comunidad o grupo social. John, tras enfrentarse a divisiones dentro de una junta en la Red de Iowa contra la Trata de Personas, comprendió que una cultura de diálogo no se impone, sino que se construye con el tiempo y el ejemplo. En España, esta lección se puede aplicar en el entorno laboral, en las asociaciones y en los clubes, donde los desacuerdos son inevitables.
En una asociación cultural en el País Vasco, por ejemplo, los miembros pueden debatir sobre qué actividades priorizar. Las opiniones son variadas y los intereses a veces enfrentados. En lugar de imponer decisiones, los responsables podrían enfocarse en fomentar un diálogo constructivo, tal como hizo John en su junta, y desarrollar una cultura donde cada voz se sienta respetada. Con el tiempo, una cultura de diálogo puede ayudar a evitar tensiones y a alcanzar acuerdos sólidos y duraderos.
Conclusión: El amor como fuerza para el diálogoChiara Lubich, fundadora del movimiento de los Focolares, definía la política como “el amor de todos los amores”. Esta idea, aunque ambiciosa, cobra sentido en el día a día cuando tratamos de hacer de nuestras relaciones y decisiones comunes una expresión de amor y respeto hacia los demás. Para las familias, los grupos de amigos y las organizaciones en España, adoptar este enfoque es una oportunidad para trascender la polarización y crear espacios de encuentro y comprensión. No se trata de evitar las diferencias, sino de aprender a vivir con ellas y a crecer en el proceso.
Este artículo es una adaptación de «Vivir la política de la vida cotidiana».
La inmigración no debe verse como un problema a resolver, sino como un motor esencial del desarrollo sostenible tanto para las personas migrantes como para las sociedades que las reciben. A lo largo de la historia, los flujos migratorios han contribuido significativamente al crecimiento económico, social y cultural, fortaleciendo la fuerza laboral, aumentando la inversión y enriqueciendo la diversidad cultural. Hoy en día, en un contexto europeo, la inmigración sigue siendo un fenómeno clave para afrontar los retos demográficos y laborales que enfrentan muchos países.
No obstante, cuando la migración ocurre de manera masiva o no regulada, surgen retos complejos que requieren una gestión eficaz. Si estos movimientos se gestionan adecuadamente, pueden ser una fuente de crecimiento tanto para los países de destino como para las personas recién llegadas. La dificultad de gestionar la inmigración ha crecido de manera significativa en las últimas décadas, ya que cada vez más personas se ven forzadas a abandonar sus hogares por factores económicos, políticos, sociales o climáticos.
En Europa, el tema de la inmigración se ha convertido en un eje central del debate político y social. Según datos recientes, la mayoría de los flujos migratorios en el continente son regulares, es decir, ocurren de manera legal y a través de canales formales. Sin embargo, la migración irregular también está presente, y esta suele darse cuando personas ingresan o permanecen en un país sin los permisos o documentos requeridos por la ley. Esto trae consigo una serie de desafíos tanto para los migrantes como para las sociedades receptoras.
Una de las principales causas de la migración es la búsqueda de mejores oportunidades laborales y educativas, así como la reunificación familiar o la huida de situaciones de conflicto o desastres naturales.
“El mayor problema es la percepción del problema en sí».«No se trata de una emergencia ni de una invasión inmanejable, como se suele describir, sino de un fenómeno estructural que forma parte de nuestra realidad histórica. Es un flujo continuo de personas que, si son adecuadamente acogidas y redistribuidas, pueden convertirse en un recurso para nuestra ciudad y nuestro país. Si el fenómeno migratorio no se comprende ni se aborda con las herramientas adecuadas, inevitablemente generará desconfianza, miedo, intolerancia y rechazo». Explica Claudia, miembro de la comunidad del Movimiento de los Focolares en Trieste, una ciudad que trabaja en la acogida de inmigrantes.
Cada año, miles de personas pierden la vida o desaparecen en rutas migratorias peligrosas, mientras que el tráfico ilícito de migrantes y la trata de personas continúan proliferando. Para muchos gobiernos europeos, una respuesta común ha sido el endurecimiento del control de fronteras, intentando cerrar los puntos de entrada a la migración irregular.
Aunque es cierto que una gestión eficaz de las fronteras es fundamental para prevenir la migración irregular y combatir las redes de crimen organizado, esta no puede ser la única respuesta. Es imprescindible que las políticas migratorias vayan más allá del control fronterizo y aborden el fenómeno de manera integral. Un enfoque más holístico debe considerar tanto los beneficios económicos de la migración como los riesgos asociados, al mismo tiempo que se actúa sobre las causas que obligan a las personas a abandonar sus países de origen.
El Marco de Gobernanza de la Migración de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ofrece directrices claras sobre cómo gestionar estos movimientos. Entre las principales recomendaciones destacan:
Promover la estabilidad y las oportunidades en los países de origen: Si se reducen los factores que impulsan la migración forzosa, como la falta de empleo o la inestabilidad política, las personas tendrán la opción de quedarse en sus países en lugar de verse forzadas a emigrar.
Recopilación y uso de datos: Es vital contar con información precisa y actualizada sobre los movimientos migratorios, la situación del mercado laboral y las tendencias demográficas para elaborar políticas basadas en hechos y diseñadas para maximizar los beneficios de la migración.
Fomentar la cooperación regional: La colaboración entre países europeos y con los países de origen de los migrantes es esencial para reducir los efectos negativos de la migración irregular y, al mismo tiempo, fomentar el desarrollo humano y económico a largo plazo.
El potencial positivo de la migración es enorme. Si se gestionan bien, los flujos migratorios pueden generar importantes beneficios socioeconómicos tanto para las personas migrantes como para las sociedades que las reciben. «Europa me dio la oportunidad de empezar de nuevo», dice Fatima, una refugiada siria en Alemania, “pero también quiero dar algo a cambio, contribuir”. Este sentimiento es compartido por muchos migrantes que desean integrarse plenamente y participar activamente en el crecimiento de sus nuevos países de residencia.
Para que Europa logre capitalizar estos beneficios, las políticas migratorias deben estar orientadas no solo a controlar los flujos, sino también a promover el bienestar social y económico de los migrantes. A su vez, estas políticas deben estar alineadas con las normativas internacionales, respetando y protegiendo los derechos humanos sin discriminación por origen, género o religión.
La teoría del cambio es una metodología que nos permite visualizar y explicar de manera lógica cómo esperamos que un proyecto o programa genere un cambio social a largo plazo. Es como un mapa que traza el camino desde nuestras acciones iniciales hasta el impacto deseado, identificando los pasos intermedios y los supuestos que sustentan cada uno de ellos. En esencia, la teoría del cambio nos ayuda a responder a la pregunta: ¿Cómo esperamos que nuestras acciones produzcan el cambio que buscamos?
¿Quién creó la Teoría del Cambio?
La Teoría del Cambio, un concepto desarrollado por la destacada socióloga Carol Weiss, ha revolucionado la forma en que evaluamos y diseñamos programas sociales. Weiss, cuya influencia se extiende desde la academia hasta la esfera política, reconoció la necesidad de un marco conceptual que permitiera comprender de manera más profunda cómo las intervenciones generan cambios sociales.
La Teoría del Cambio nos invita a pensar de manera sistemática sobre los procesos causales que subyacen a un programa. Al mapear los pasos necesarios para alcanzar un objetivo a largo plazo, los diseñadores de programas pueden identificar los supuestos críticos que sustentan sus intervenciones. Esta claridad conceptual no solo facilita la evaluación del programa, sino que también permite adaptar las estrategias a medida que se obtiene nueva información.
Herramienta clave para la evaluación y planificación
Diagramas de lógica: Representaciones visuales de la teoría del cambio que muestran las relaciones causales entre las diferentes etapas del proceso.
Matrices de resultados: Tablas que detallan los indicadores de desempeño para cada nivel de resultado, desde las actividades hasta el impacto a largo plazo.
Análisis de brechas: Identificación de las diferencias entre la situación actual y la situación deseada, lo que permite priorizar las acciones necesarias.
Evaluación de procesos: Recopilación de información sobre la implementación de las actividades y los factores que influyen en su éxito.
Evaluación de resultados: Medición del impacto de las intervenciones en los indicadores establecidos.
5 Tips para crear una Teoría del Cambio efectiva
¿Para quién es la teoría del Cambio?
La teoría del cambio es una herramienta flexible que se aplica en diversos contextos para generar cambios positivos y sostenibles. Algunos de los ámbitos más comunes incluyen:
Desarrollo social: Reducción de la pobreza, mejora de la educación, promoción de la salud y protección del medio ambiente.
Sector empresarial: Implementación de estrategias de sostenibilidad, medición del impacto social y ambiental, y fomento de la innovación.
Sector público: Diseño y evaluación de políticas públicas, mejora de la prestación de servicios y promoción de la participación ciudadana.
Investigación y academia: Análisis de procesos de cambio social, evaluación de programas y desarrollo de nuevas teorías.
Por ejemplo, en el ámbito de la salud, la teoría del cambio se utiliza para diseñar programas de prevención de enfermedades crónicas, identificando los factores de riesgo y los cambios de comportamiento necesarios para reducir su incidencia. En el sector empresarial, una empresa podría utilizar esta herramienta para evaluar el impacto de sus iniciativas de responsabilidad social, como programas de voluntariado o inversiones en comunidades locales.
Finalmente, la teoría del cambio es una herramienta valiosa para cualquier persona u organización que busque generar un impacto positivo en la sociedad. Al proporcionar un marco conceptual claro y estructurado, facilita la planificación, implementación y evaluación de iniciativas de cambio.
En el marco de la tercera fase del proyecto MediterraNEW El pasado lunes 9 de septiembre comenzó el Curso de Formación Online: “Diseño de Proyectos y Planificación Estratégica”. A través del mismo se invita a jóvenes y profesionales a participar en una experiencia enriquecedora orientada a promover la inclusión social en la región del Mediterráneo y a fomentar intercambios entre África y Europa. Esta innovadora iniciativa está impulsada por los proyectos M.E.D.I.T.erraNEW e AFR.E.S.H y tiene como
objetivo dotar a los participantes de las habilidades esenciales para diseñar proyectos sociales de gran impacto y sostenibilidad.
ACCEDER AL CALENDARIO
¿Quién puede participar?
Aunque los principales participantes incluyen al personal y voluntarios de las organizaciones asociadas, la formación está abierta a un público más amplio, incluyendo:
Personas ya involucradas en el tema o que quieran formarse en ello
Oficinas regionales de desarrollo de proyectos
Centros juveniles y coordinadores de diálogo
Educadores, jóvenes profesionales y personal de otras organizaciones sociales interesados en mejorar sus habilidades.
Objetivos de la formación
Aprender a mejorar la sostenibilidad de sus organizaciones y
aumentar la inclusión juvenil.
Desarrollar una mentalidad estratégica para el diseño de proyectos.
Fortalecer la capacidad de preparar propuestas de proyectos de alta
calidad.
Adquirir habilidades para actuar como multiplicadores, compartiendo
conocimientos dentro de sus redes.
Identificar necesidades formativas adicionales para futuras
oportunidades de aprendizaje.
Mejorar la capacidad de crear redes y colaboraciones efectivas.
Estructura del curso
Fase 1 (2 sesiones): Introducción a la planificación estratégica y al diseño de proyectos, explorando los conceptos generales y su interconexión.
Fase 2 (4 sesiones): Profundización en la evaluación de proyectos, el
impacto y la incidencia, enfocándose en cómo influir en las
instituciones locales e internacionales.
Fase 3 (5 sesiones): Análisis detallado de las fases individuales de la
elaboración de proyectos, proporcionando oportunidades de
aprendizaje práctico.
Idioma y accesibilidad
La formación se llevará a cabo principalmente en italiano y habrá traducción de los módulos en inglés, francés, español, croata, portugués y árabe.
Logística del curso
Horario: Las primeras dos fases se llevarán a cabo en horario
vespertino, de 19:15 a 21:15 (CET), mientras que la tercera fase será
por la tarde, de 13:45 a 15:45 (CET).
Plataforma:
Las sesiones se realizarán a través de Zoom, con
materiales y grabaciones disponibles en una carpeta compartida en Drive.
Costos y registro
La formación es gratuita para el personal y voluntarios de las organizaciones asociadas a los proyectos M.E.D.I.T.erraNEW e AFR.E.S.H.
También es gratuita para participantes de países no pertenecientes a la UE.
Para otros participantes europeos no afiliados a las organizaciones asociadas, se requiere una tarifa nominal de €15. Los detalles sobre el registro y el pago se proporcionarán al inscribirse.
Certificación
Los participantes que asistan al menos al 80% de las sesiones recibirán un certificado de participación emitido por New Humanity. Además, los participantes menores de 30 años recibirán un certificado Youthpass validado por la Unión Europea.
El plazo para inscribirse termina el próximo lunes 16 de septiembre.
Únete a nosotros para construir un futuro mejor para los jóvenes del Mediterráneo a través del Curso de Formación Online: Diseño de Proyectos y Planificación Estratégica.
AAPP- Administraciones Públicas.
CEPAL- Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
CEPES- Confederación Empresarial Española de Economía Social.
ESADE- Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas.
FLV- Fundación Luís Vives.
FSE- Fondo Social Europeo.
GD- Grupo de discusión.
INJUVE- Instituto de la Juventud.
IRPF- Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
IVA- Impuesto sobre el Valor añadido.
MMSS- Movimientos Sociales.
ONG- Organizaciones No Gubernamentales.
PAH- Plataforma de Afectados por la Hipoteca.
PETSAS– Plan Estratégico del Tercer Sector de Acción Social.
POAS- Plataformas de ONG de Acción Social.
PTS- Plataforma del Tercer Sector.
PVE- Plataforma del Voluntariado de España.
RSC- Responsabilidad Social Corporativa.
RSE- Responsabilidad Social Empresarial.
TIC- Tecnología de la Información y la Comunicación.
TSAS- Tercer Sector de Acción Social.
UE- Unión Europea.
UTE- Unión Temporal de Empresas.
Tradicionalmente, la noción de «trabajar para el otro» se ha asociado con acciones asistencialistas, donde un grupo o individuo con mayores recursos o poder provee ayuda a aquellos en situación de vulnerabilidad. Si bien estas acciones pueden ser necesarias y loables, a menudo se limitan a paliar las necesidades inmediatas sin abordar las causas estructurales de la desigualdad.
En contraste, «trabajar con el otro» implica un enfoque más horizontal y participativo. Se trata de reconocer la capacidad y el valor de cada persona, y de construir juntos soluciones duraderas a los problemas comunes. Esta visión de la fraternidad se basa en el diálogo, la escucha activa, el respeto mutuo y la responsabilidad compartida.
Un ingrediente clave para la transformación social:
La fraternidad, entendida como colaboración entre iguales, no solo es un valor deseable en sí mismo, sino que también es un ingrediente fundamental para la transformación social. Al trabajar juntos, podemos:
Fortalecer el tejido social: La colaboración genera confianza, solidaridad y sentido de comunidad, elementos esenciales para construir sociedades más justas y resilientes.
Empoderar a las personas: Cuando las personas se sienten parte de un proceso de cambio, se sienten más capaces de tomar las riendas de su propio destino y contribuir al bien común.
Encontrar soluciones innovadoras: La diversidad de perspectivas y experiencias que aporta la colaboración puede conducir a soluciones más creativas y efectivas a los problemas complejos.
Promover la justicia social: La fraternidad nos impulsa a luchar por una sociedad más equitativa, donde todos tengan las mismas oportunidades para desarrollarse plenamente.
Un llamado a la acción
Es nuestra invitación a poner en práctica la fraternidad en nuestro día a día. Todos podemos contribuir a la transformación social desde nuestro propio ámbito de acción, ya sea en el trabajo, en la comunidad, en la familia o en la escuela.
Acciones para poner la fraternidad en acción:
Ser un buen oyente: Mostrar interés genuino en las ideas y experiencias de los demás.
Ofrecer ayuda sin esperar nada a cambio: Colaborar desinteresadamente con aquellos que lo necesitan.
Celebrar los logros colectivos: Reconocer el valor del trabajo en equipo y la colaboración.
Promover el diálogo intercultural: Abrirse a diferentes perspectivas y culturas.
Defender los derechos de los más vulnerables: Luchar por una sociedad más justa e inclusiva.
La fraternidad no es solo un ideal, es una práctica que podemos cultivar día a día. Al trabajar juntos con respeto, empatía y responsabilidad, podemos construir un mundo más justo, equitativo y solidario para todos.
Recuerda:
La fraternidad implica pasar de una visión paternalista de «trabajar para el otro» a una visión colaborativa de «trabajar con el otro».
La colaboración es esencial para la transformación social, ya que fortalece el tejido social, empodera a las personas, encuentra soluciones innovadoras y promueve la justicia social.
Todos podemos poner en práctica la fraternidad en nuestro día a día, siendo buenos oyentes, ofreciendo ayuda desinteresada, celebrando los logros colectivos, promoviendo el diálogo intercultural y defendiendo los derechos de los más vulnerables.
Juntos, podemos construir un mundo mejor basado en la fraternidad.