La transparencia en las ONG es fundamental para abrirse a la sociedad y compartir información sobre su origen, gobierno corporativo, sistemas de seguimiento de proyectos, fuentes de financiación, mecanismos de control de fondos, etc. Todo ello nos exige ser mejores profesionales.
En definitiva, nuestros beneficiarios salen ganando porque la transparencia nos hace ser más eficaces en nuestra misión de apoyar y promover iniciativas que generen un impacto positivo en la sociedad.
Para la Fundación Giordani, la transparencia es un valor primordial ya que los fondos que administramos no son fondos propios, sino que provienen de subvenciones o donaciones. Por lo tanto, es crucial ser justos y aplicar estos recursos según lo pactado con los donantes y financiadores, ya que gestionamos dinero que no es nuestro.
La transparencia implica utilizar los fondos con prudencia y asegurando el cumplimiento de nuestros fines, lo que refuerza la confianza de los donantes en nuestra organización y nos ayuda a diferenciarnos para lograr nuevos colaboradores.
Cinco claves fundamentales para asegurar la transparencia
1. Publicación de información relevante:
Es importante tener una plataforma en línea, como un sitio web, donde se publique información detallada sobre los objetivos de la organización, los proyectos y programas en curso, los informes de actividades, estados financieros auditados y cualquier otra información relevante que permita a los interesados conocer el trabajo de la organización.
2. Cumplimiento normativo:
Asegurarse de cumplir con todas las leyes, regulaciones y normativas aplicables a la organización, especialmente aquellas relacionadas con la transparencia y rendición de cuentas. Esto incluye presentar informes requeridos por las autoridades y mantener una adecuada gestión administrativa y financiera.
3. Gobierno y estructura transparente:
Contar con una estructura de gobierno clara y accesible, donde se detallen los miembros de la junta directiva, sus funciones y responsabilidades. La toma de decisiones y el manejo de recursos deben ser transparentes y estar alineados con los objetivos de la organización.
4. Informes de impacto:
Comunicar de manera clara y regular el impacto de los proyectos y programas llevados a cabo. Proporcionar datos y evidencias que muestren cómo se han utilizado los fondos y qué resultados se han logrado en beneficio de los beneficiarios y la sociedad en general.
5. Participación y consulta pública:
Involucrar a los diferentes actores interesados, como donantes, beneficiarios y colaboradores, en el proceso de toma de decisiones y consulta pública. Estar abiertos a recibir retroalimentación y responder a preguntas o inquietudes para demostrar un compromiso genuino con la transparencia.
Estas claves nos ayudan a construir la confianza y credibilidad de la FIG, tanto entre los donantes como entre los beneficiarios, lo que contribuirá a fortalecer su impacto y sostenibilidad a largo plazo.
La gestión transparente de los fondos vinculados a un proyecto es una prioridad para nosotros en la Fundación Giordani. Queremos garantizar a nuestros donantes y colaboradores que el flujo de donaciones se maneja de manera adecuada y responsable.
¿Cómo manejamos los fondos de nuestros proyectos de forma responsable?
Cuando recibimos una donación privada para un proyecto, establecemos un acuerdo marco que regula de manera clara todas las obligaciones que debemos seguir. Además, elaboramos un expediente de formulación detallado, que incluye todas las acciones, objetivos, plazos, importes y resultados que se espera alcanzar en el proyecto. Todo esto nos permite garantizar un cumplimiento preciso y efectivo.
Para asegurar el seguimiento adecuado de los fondos, abrimos una cuenta bancaria específica para cada proyecto, de esta manera, los fondos se destinan directamente en el terreno según lo establecido en la normativa y el acuerdo con el financiador. Para brindar total transparencia, elaboramos informes detallados que justifican y documentan las transferencias realizadas, los tipos de cambio y todos los gastos, respaldados por facturas y documentación técnica que avala el cumplimiento de los objetivos.
Además, como parte de nuestro compromiso con la transparencia, contratamos auditores externos para revisar y validar toda nuestra justificación financiera y técnica. Esta revisión independiente garantiza la integridad y veracidad de nuestros informes. Además, si el financiador es público, el organismo correspondiente lleva a cabo una segunda auditoría externa para brindar una mayor seguridad y confianza en la gestión de los fondos.
En la Fundación Giordani, consideramos que la transparencia es la base de nuestra relación con los donantes y colaboradores, y estamos comprometidos a mantener altos estándares de rendición de cuentas en todas nuestras actividades.
Nuestro objetivo es asegurar que cada donación se utilice de manera efectiva y eficiente para lograr un impacto significativo en los proyectos que llevamos a cabo. Con esta transparencia, buscamos generar una confianza sólida y duradera con todos aquellos que apoyan nuestra causa.
Cuando estalló la guerra de Ucrania yo, como muchos, sentí fuerte el deseo de poner mi granito de arena para ayudar en una situación tan desastrosa y dolorosa.
Enseguida y se podría decir que “por casualidad”, tuve la oportunidad de acoger en mi casa a una mamá ucraniana y su hija de 4 años, que habían venido a Madrid huyendo de la guerra y estaban en un centro de acogida para refugiados. No lo pensé y aproveché la ocasión. El 23 de abril de 2022 llegaron a mi casa, entraron en mi vida y empezó una aventura que, a día de hoy continúa.
La verdad es que nunca pensé vivir una experiencia así, fuerte, muy fuerte y nada fácil. Llena de matices concretos y a la vez profundamente espiritual.
Muchos han sido y son los desafíos: empezando por la lengua (y eso que A, la mamá, sabe un poco de italiano y nos servía para comunicarnos).
Empadronarlas, darles de alta en el médico, buscar cole para Y. (la niña) fueron los primeros trámites de un sinfín de ellos que me han hecho vivir situaciones nunca imaginadas.
¡Qué difícil lo tienen las personas que vienen a vivir aquí y dejan su país, su tierra, sus costumbres! ¡cuántas trabas se encuentran!
Ni os cuento la de citas previas que he tenido que pedir, la de horas pasadas en la Embajada de Ucrania, en Cáritas o en Cruz Roja, o la de ventanillas de organismos oficiales que he visitado, acompañándolas para ayudarlas y a veces también sola cuando la mamá estaba trabajando y no podía acudir. Papeleos interminables y formularios que hay que rellenar y que ellos, los extranjeros, no siempre entienden pues incluso a mí, española que hablo bien el idioma, me costaban…
Desde el primer momento entraron a formar parte de mi familia natural y del Movimiento al que pertenezco, en la que todos, hermanos, sobrinos, amigos… las acogieron con gran cariño. Esto fue toda una novedad para ellas pues, el sentido de familia que tenían era muy diferente. La verdad, es que A, traía una gran “mochila” a sus espaldas y no solo como consecuencia de la guerra.
Por su cumple, le preparé una fiesta “sorpresa”. Estaba feliz, parecía una niña tan pequeña como su hija; con qué ilusión abría los regalos: unos zapatos, crema para las manos, un bloc de dibujo y pinturas… También una entrada para el Museo del Prado porque ha estudiado Bellas Artes, es una artista, pinta y dibuja genial. Aquel día disfrutó un montón y es que nos dijo que era la primera vez en su vida que le habían hecho una fiesta de cumpleaños. Cumplía 37.
Desde el principio fueron surgiendo grandes diferencias culturales, hábitos muy distintos, formas de entender la vida muy diversas a las mías. A veces me resultaba muy difícil entender algunos comportamientos, o reacciones suyas. Y muchas veces estas diferencias me han superado, he querido “tirar la toalla”, he dicho ¡no puedo más! Menos mal que siempre se puede volver a empezar.
Descubrimiento
Poco a poco voy descubriendo que cuando acoges a quién está junto a ti, tienes que acogerlo tal como es, no como te gustaría que fuese y tienes que respetar su libertad, su cultura, sus decisiones, su forma de pensar y de actuar, incluso su forma de equivocarse…
Este, sin duda, está siendo el reto más grande para mí. Por otro lado, tenerlas en casa es toda una escuela, una ocasión continua de dar la vida y os aseguro que no es una frase hecha, sino una realidad de cada momento. A veces, en cosas muy pequeñas y sin importancia: preparar la comida como a ellas les gusta y no como yo la hacía, jugar con Y. y aceptar que anden descalzas por la casa (aunque a mí no me guste); atravesar todo Madrid para que Y. y mi sobrino nieto I. pasen el día juntos porque son de la misma edad y se hicieron rápidamente inseparables. Son como Zipi y Zape.
Hacer el recorrido, en pleno y caluroso verano, en el transporte público, para que A. aprendiera el camino a un nuevo trabajo. Cuantos días, después de cenar Y. y yo, hemos cogido el coche y nos hemos ido a esperarla a la salida del trabajo, cuando le tocaba doblar turno y salía agotada, para que no tuviera que coger el tren y el metro para volver a casa…
También económicamente ha supuesto todo un reto. Los gastos se han multiplicado y mucho, pero la cadena de solidaridad y generosidad que se ha generado en todo mi entorno, ha sido grande.
La Providencia se ha hecho presente de mil modos, A. ha podido trabajar casi todo el tiempo, aunque de forma intermitente y también la Fundación Igino Giordani nos ha ayudado al principio del año 2023 y ahora, pagando un curso de formación que A. acaba de terminar y esperamos le facilite el acceso a un trabajo más estable.
Momentos inolvidables
Muchos momentos vividos que nunca voy a olvidar, unos alegres y divertidos, como los días de vacaciones en la playa, o cuando hemos ido al circo, a un concierto o un espectáculo de danza española, las excursiones o simplemente comer “de picnic” los bocatas que he preparado, en el parque de al lado de casa.
Pero otros muy duros, por ejemplo, cuando Y, más de una vez, me ha preguntado: Carmen ¿por qué llora mamá? O cuando A. hace solo unas semanas, me ha llamado desde el trabajo para que la niña no se enterara, desolada porque una bomba había caído en su pueblo y la han avisado que su madre estaba en el hospital, herida de metralla, aunque fuera de peligro…
Reflexión
Está resultando ser una experiencia profundamente espiritual porque me ha hecho reflexionar sobre vivir con generosidad y compasión. Ahora entiendo mejor el valor de renunciar a nuestras comodidades personales y aceptar los desafíos que la vida nos presenta. Luego, me encuentro enriquecida con otras formas de ver la vida con otras perspectivas, lo cuál me hace ser una persona más abierta y flexible.