Construir la paz es un desafío
«Construir la paz es un desafío... pero "de esos que llenan la vida"
Guillermina es una joven argentina de 16 años. Nahuel tiene 20 y es de Uruguay.
Son algunos de los jóvenes que llevan meses preparándose para participar en el Primer Congreso Internacional de formación para Jóvenes Líderes y Embajadores de paz, con el título «Crecer como constructores de Paz» y en el que la Fundación Igino Giordani está colaborando en primera línea.
A ellos, en nombre de los casi 200 participantes previstos de todos los continentes, les hemos hecho algunas preguntas, pidiéndoles que compartan con nosotros sus deseos, sueños y acciones por la paz.
¿Por qué queréis participar en este Congreso?
… además de ser fuente de inspiración, formación e incentivo para seguir trabajando, es una oportunidad única, afirma Guillermina, para conocer personas con los mismos objetivos que yo, sus distintos entornos y problemáticas.
También Nahuel espera «conocer otras realidades socioculturales y cómo afrontan la formación en la paz, qué problemas hay fuera de mi país, cómo los solucionan, compartir experiencias con otros chicos de mi edad o edades cercanas a la mía. También lo veo como una oportunidad para entablar conexiones a nivel internacional que permitiría desarrollar proyectos en conjunto con otros activistas de paz en distintas partes del mundo. Asimismo, me resulta súper interesantísimo conocer Madrid, es todo una novedad conocer una cultura al otro lado del mundo».
El evento de diciembre es una de las manifestaciones del proyecto de educación a la paz “Living Peace International”, y se realiza en sinergia el “Círculo Universal de Embajadores de Paz” (Francia-Suiza).
Nahuel fue nombrado Joven Embajador de Paz en 2015, junto a dos chicas de su misma región con las que participaba activamente en un grupo de jóvenes de la ciudad de Canelones (Uruguay); allí llevaban a cabo «diversas actividades tales como visitas a hogares de ancianos, a barrios marginales, campañas de recogida de ropa, etc. Actualmente resido en otra ciudad lejana en la costa de Uruguay, pero continúo en contacto con el grupo de colegas».
Un momento seguro importante del próximo Congreso será la ceremonia de nombramiento de nuevos Embajadores de Paz. Guillermina todavía no ha sido nombrada, pero «trabajo en la causa hace un año aproximadamente».
Finalmente, ¿qué supone en tu vida y cómo construyes la paz?
Para Nahuel… … «es todo un desafío, pero un desafío lindo, de esos que te llenan. Me enfoco en favor de la tolerancia y la igualdad y en contra de la indiferencia frente a las distintas realidades sociales».
Y por sus palabras queda clara la conciencia de estar ante un gran reto: «Lo más difícil es tratar con los juicios sociales que van y vienen, evitar esos juicios es un desafío enorme, buscar que se ampare al prójimo con el perdón y que se pueda salir de la ira y el rencor que envenena a las sociedades, ya sea en las instituciones educativas, el trabajo, la calle, en las redes sociales, en los lugares públicos, en los lugares de diversión y en vivir cotidiano. Actualmente estoy estudiando diplomado en Operador Socioeducativo para poder insertar en sociedad a las personas con TEA (Trastornos del Espectro Autista), en el campo laboral, académico y social».
El proyecto “Living Peace International” ha ofrecido a Guillermina «un espacio para hacer lo que siempre había querido, y poner todos mis deseos y sentimientos en algo concreto». Para ella, vivir por la paz es «muy importante, se trata de lo que quiero hacer toda mi vida, sea en donde sea… Construyo la paz intentando empezar por mí y continuar por mi entorno, extendiendo los objetivos, creo que no puedo enseñar o compartir algo que no vivo».