La paradoja de unidad en la diversidad

Un camino hacia la fraternidad global

Debemos aceptar las tensiones que surgen de la diversidad y gestionarlas con sabiduría…

En un mundo cada vez más interconectado, pero al mismo tiempo fragmentado, las diferencias culturales, ideológicas y sociales parecen separar más que unir. Sin embargo, ¿qué pasaría si las tensiones entre esas diferencias pudieran ser la clave para construir una unidad más rica y profunda?Esta es una pregunta central que plantea Rico Watkins, experto en revitalización organizativa, en su reflexión sobre la paradoja. En este artículo de la Fundación, queremos hablar sobre la unidad en la diversidad. Watkins, líder de una red global de profesionales de Let’s Go, propone un enfoque transformador para enfrentar los complejos desafíos de nuestros tiempos. Inspirándose en las ideas de David Bohm sobre las paradojas, Watkins sugiere que, en lugar de ver las diferencias como obstáculos, deberíamos considerarlas oportunidades. Así, podemos crear una unidad que no dependa de la homogeneización, sino que se enriquezca con la diversidad.

David Bohm, físico y filósofo, define la paradoja como una situación en la que dos o más elementos aparentemente contradictorios coexisten y se complementan mutuamente.[1] Según Bohm, las paradojas no deben ser resueltas eliminando una de las partes, sino entendidas y gestionadas en su totalidad. Este enfoque nos permite ver las diferencias no como problemas a resolver, sino como componentes esenciales de una realidad más amplia y compleja. Bohm también señala que «el conflicto surge cuando tratamos de imponer nuestras creencias sobre los demás en lugar de buscar el entendimiento mutuo»,[2] lo que resalta la importancia de la empatía y el respeto en nuestras interacciones.

En el trabajo de la Fundación Igino Giordani, que ha sido pionera en promover el entendimiento y la fraternidad entre pueblos diversos. A través de sus programas y proyectos, la Fundación nos invita a repensar cómo las diferencias pueden ser la semilla de una unidad más genuina y poderosa. Inspirada por las ideas de Giordani, diríamos según la propuesta de Bohm, disolver la paradoja de la unidad en la diversidad,uniendo a personas de diferentes tradiciones y creencias en un esfuerzo común hacia la paz y la solidaridad global.

La paradoja de la unidad en la diversidad

La paradoja de unidad en la diversidad no es solo un concepto filosófico, sino una práctica viva que la Fundación lleva a cabo todos los días. Igino Giordani, en su visión, creía firmemente que la verdadera unidad no se logra al eliminar las diferencias, sino al reconocerlas y permitir que se integren en un juego trinitario donde coexiste la pluralidad con la unidad. [3]

Aunque ni Rico Watkins ni David Bohm hablan directamente sobre la unidad, proponemos parafrasear sus ideas sobre la paradoja para entender que la unidad y la diversidad pueden coexistir y enriquecerse mutuamente. Watkins y Bohm sugieren que las diferencias, cuando se reconocen y valoran, pueden contribuir a una unidad más fuerte y enriquecedora.

En clave de ejemplo: la colaboración en diversos contextos

Un ejemplo claro de esta disolución de la paradoja se puede observar en los programas de cooperación internacional de la Fundación. En uno de sus proyectos de diálogo interreligioso, donde se reúnen representantes de diversas religiones como el cristianismo, el islam y el budismo, o surge la necesidad de unir a personas con creencias profundamente diferentes bajo el mismo propósito: la paz y la fraternidad humana.

La paradoja aquí es que, por un lado, los participantes deben mantener su identidad religiosa y cultural, pero por otro, deben colaborar para un objetivo común que trasciende esas diferencias.

La unidad en este caso no se logra al eliminar las diferencias religiosas, sino al reconocer que la paz no depende de la homogeneización, sino de la capacidad de convivir con la diversidad, aceptándola como un valor que enriquece la misión compartida. Este enfoque es lo que permite a los participantes, aunque sean provenientes de contextos diversos, trabajar juntos con respeto y sin perder su identidad. Como señala Rico Watkins, encontramos “situaciones que requieren sabiduría, no soluciones: en lugar de respuestas claras, encontramos maneras de ver qué sucede . Así, podemos abordar honestamente la complejidad, equilibrar las tensiones y ambigüedades, y aprender qué cambiar y qué tolerar como parte natural y saludable del trabajo.[4]

La paradoja en la práctica: desafíos y oportunidades

Los encuentros por la paz organizados por los partners de la Fundación son otro ejemplo de cómo la paradoja de unidad en la diversidad se pone en práctica. Durante estos eventos, personas de todo el mundo, con diferentes culturas, lenguas y tradiciones, se reúnen para compartir ideas y trabajar en proyectos comunes.

La paradoja aquí es que, mientras que la diversidad parece ser una fuente de posibles conflictos, en realidad se convierte en un catalizador para una unidad más sólida y auténtica, cuando se reconoce y respeta.

En lugar de intentar resolver la diversidad, la Fundación invita a los participantes a abrazarla como un valor fundamental. A través de la reflexión y el diálogo, las tensiones se disuelven y surgen nuevas formas de unidad que no dependen de la homogeneización, sino de la integración genuina de las diferencias.

Otro ejemplo de nuestros partners de la Economía de Comunión

Este proyecto «Conecta», [5] busca unir voces y transformar la economía mediante la colaboración entre jóvenes y adultos de diferentes culturas y contextos. En el proyecto, la diversidad de perspectivas y experiencias se convierte en una fuente de innovación y creatividad, permitiendo que los participantes trabajen juntos para abordar problemas económicos y sociales de manera más efectiva permitiendo a los participantes aprender unos de otros y encontrar soluciones que no serían posibles en otro entorno.

 

A modo de conclusión

El concepto de unidad en la diversidad leído por la Fundación Giordani desde las claves de reflexión de Rico Watkins nos desafían a repensar nuestra comprensión de lo que significa estar unidos. En lugar de ver las diferencias como un obstáculo, debemos entender que la unidad más rica y profunda se construye precisamente a partir de ellas.

La paradoja, como lo dice Watkins, no debe ser resuelta, sino disuelta: debemos aceptar las tensiones que surgen de la diversidad y gestionarlas con sabiduría, encontrando formas de vivir con ellas de manera que nos fortalezcan en lugar de separarnos.

Al abordar las diferencias con este enfoque, tanto en el ámbito organizativo como en el ámbito global, podemos crear un mundo más unido, no a través de la eliminación de la diversidad, sino por medio de su integración en un propósito común. La Fundación Igino Giordani, nos invita a ser conscientes de esta paradoja y a actuar con una visión más amplia, que reconozca la riqueza que la diversidad puede aportar al proceso de unidad.

 


Fuentes:

[1] Watkins, Rico. «El problema y la paradoja». 10 de junio de 2024.

[2] Bohm, D. (1996). Sobre el diálogo. Editorial Kairós. (p. 145).

[3] Giordani, I. (1985). La divina aventura. Editorial Ciudad Nueva. (p. 46).

[4] Watkins, Rico. «El problema y la paradoja». 10 de junio de 2024.

[5] Proyecto Conecta EdC


Paradoja: Una paradoja es una figura literaria o retórica que consiste en una idea de aparente contradicción lógica que, sin embargo, encarna un cierto sentido y una coherencia. Conozcamos algunos ejemplos.
David Bohm: David Bohm fue un físico teórico destacado del siglo XX, conocido por sus contribuciones fundamentales a la teoría cuántica y su interpretación. Nacido en Wilkes-Barre, Pensilvania, el 20 de diciembre de 1917, Bohm desarrolló una carrera influyente que abarcó varios países y contextos políticos, falleciendo en Londres el 27 de octubre de 1992