Costa de Marfil: nueva actividad avícola

Proyecto de 6 becas de formación para un grupo de familias de Tiébissou, población cercana a la ciudad de Bouaké, la tercera del país.

Del 16 al 24 de febrero viajamos a Costa de Marfil con la Asaciación «Levántate y Anda», un grupo que colaboramos con la Fundación Igino Giordani. Teníamos pocos días para visitar distintos proyectos en el país; unos en curso desde hace años y otros incipientes.

Uno de ellos es el proyecto de 6 becas de formación para un grupo de familias de Tiébissou, población cercana a la ciudad de Bouaké, la tercera del país.

Cuatro de estas becas han sido para la formación profesional en el ámbito de la ganadería y la agricultura, de 3 hombres y una mujer, que han terminado satisfactoriamente sus estudios.

Una vez adquirida esa formación han propuesto la colaboración, a través de la Fundación Igino Giordani, en una nueva actividad que consiste en la CONSTRUCCIÓN DE UN CRIADERO DE POLLOS. Han decidido montar su propia empresa de cría de pollos como medio de vida para ellos y sus familias. Para ello presentaron a la Fundación un proyecto con el presupuesto de todo lo necesario para poner en marcha su actividad emprendedora.

En nuestro viaje a Costa de Marfil pudimos visitarlos. Fue una alegría conocernos por fin: llevaban horas esperándonos, ya que nuestro viaje tuvo bastantes incidencias, entre ellas un día de retraso, con los consiguientes reajustes de programa. Nos recibieron con una gran alegría y calor humano, y nos ofrecieron una comida buenísima y bebidas frías, que siempre se agradecen en tierras africanas.

Es imposible expresar su alegría cuando les dijimos que aprobábamos su proyecto y cuando les prometimos mandar los fondos necesarios. El aplauso fue entusiasta y aliviado. De hecho, en Costa de Marfil se come muy buen pollo, sobre todo en las fiestas, y el tiempo de Pascua es una buena ocasión para poder vender los primeros pollos ya criados.

En el seguimiento de la actividad y para asegurar su viabilidad colaborará también un empresario que comparte los principios de la Economía de Comunión.

Nuestros amigos tienen buenas perspectivas y esperan, con el tiempo, poder extender la empresa a otras familias que necesitan un medio de vida. Empiezan criando pollos, pero con la idea de criar más adelante también pavos, conejos e incluso ovejas y vacas.

Nuestra pequeña experiencia en Costa de Marfil nos hace ser optimistas: hemos visto con nuestros propios ojos que actividades emprendedoras que nacen modestamente a partir de una relación personal y un compromiso por ambas partes, da fruto y es capaz de cambiar la vida y el modo de trabajar de un número consistente de personas de su entorno.